EL juego y el poder.
El esclavo ya no duerme tranquilo, delgadas paredes de paja se aproximan a su cabeza, en su estomago los murmullos se vuelven gritos y sus dientes rechinan por cada recuerdo traído.
Proscrito la derrota, la furia en su puño desatará las cuerdas de su
mandíbula; busca escapar a toda costa, el precio será caro, tanto como
el olvido de su amo, como dejar la tierra árida que le vio nacer, como empezar por negarse a obedecer.
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