El del otro lado del espejo.

Qué duro esperar algo de quien no eres tú.

Porque quien mira al espejo no soy yo.

Él trabaja, edifica ciudades.

Recibe placeres de todas direcciones, en todos los sentidos.

Conoce los valores.

Sonríe por la mañana y suspira por la noche.

Pero el que se mira al espejo no soy yo, es ese sucio reflejo mio de la imperfección, en una actitud pretenciosa de eso que llama vida, el sabor repulsivo de lo correcto, porque no mira del otro lado, en donde su vergüenza se esconde, en donde la pena por lo desposeído incrementa, y el fuego quemando desde dentro, las ganas de vengarse, el cuchillo en la garganta para poder salir liberado frente al espejo.

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