Para viajes cortos.

Tu mirada— motor de mi imaginación— acompaña —en un extasis constructor de intranquiliad— la crudeza —ó el real sentimiento inimitable— de mi enamoramiento.

Ahora me escapo a pensar en tu sonrisa tapizando mis pensamientos mientras el contorno de tu boca borra cualquier otro objeto pensado que me desvie de pensarte pensando en mi pensamiento escapando hasta pensar que puedes pensarme pensando en dejar de pensar y mover la muralla invisible—en ese único ácto— que nos separa.

Comentarios

Entradas populares