Escuchando(la)

La venta de mi tiempo por sesgos de tu mirada, también me he decidido a vender mi decencia por tu piel, por sentir un gramo más de eso que bien sé regalas; no será el dinero, será la simple esperanza; un rasgo de humillación vejado por tu desinterés, y tu saliva traspasando mi boca, sé no te importa que la atesore de fondo mientras pasas tus manos rabiosas por mi cuerpo, saciando las fantasías que otras puertas cerradas negaron realizar, y hoy, aquí, pienso en atesorar esa derrota tuya.

Parece ofensivo nuestro trueque, pero escucha bien, sé que eres pobre en amor, porque tu tiempo empujado de esa manera me da la vida que me mantiene otro tanto de pie, esa energía no es tuya en realidad, porque ni tú entero te darías el valor que hoy le doy a un solo cabello tuyo, a la arruga que tu ceja dibuja con el paso de las semana, y me crees con cierto grado de estupidez porque no soy un trofeo, porque soy una herramienta, aquella que libera la presión de tu cabeza, la herramienta que te espera parada a un lado de la puerta cada viernes al anochecer.

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