Las nuevas manecillas.

 [El latido del corazón es el reloj de la vida.]

Siempre supuse que la vida emergía de tu pecho.

Confiado lo abrazaba en la madrugada, y dejaba caer mi cabeza sobre él.

En mi recuerdo está verte correr, tu pelo alborotado por el aire, el sudor recorriendo tu pecho, el mismo pecho donde el corazón latía con fuerza.

Luego te fuiste, el murmullo de la ciudad arrullaba mi cama hasta el siguiente amanecer. Allí, en el silencio más profundo, pensé que el infinito de la nada lo cubría todo. Una tarde, mientras intentaba nuevos recuerdos en mi mente, escuche los tambores, la fuerza de algo que en algún momento conocí, era el reloj, el regreso del tiempo, supe entonces que mi corazón era el verdadero reloj de mi vida.


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