Pornógrafo

Allí viene de nuevo la agobiante vida del pornógrafo, venir aquí tarde tras tarde, ya van tres días sin descanso pensar en un turno de ocho horas, pensar en un turno sin luces, sin estas cámaras siguiéndome y fotografiando cada poro de mi ser. Ahora van cuatro días, cinco y apenas es jueves, vendrá el viernes, sábado, domingo, en ocasiones da igual que día de la semana sea, pues de nuevo comenzará la semana. Que agotador, entre sudor y aceite, lubricantes, negros blancos y colores amarillos, al aire libre, sobre la playa en un sofá de una mansión, ser pornógrafo, ser pornógrafo es igual que prostituirse por un salario, es más esto es prostituirse por un salario. Mi traje es la piel de mi cuerpo desgastándose al ser tocada por las máximas estrellas del porno mundial, que fácil  es viajar de Helsinki a New York, en tres días más llegaré a californicación, de ahí a Puerco Rico, y luego terminar con las manos llenas del sudor de una modelo en Costa Rica, siempre es así, día tras día, de Cuba al Caribe más profundo, de sexo por la mañana, cincuenta modelos por las tardes. 

Allí viene de nuevo la vida del pronógrafo, luego de prostituir su cuerpo, día tras día, la cámara en "on", luces, escena dos, gritos, gemidos y aceite, veinticuatro siete estar listo para fingir ser insaciable, fingir pacer, fingir, fingir, fingir, siempre debajo de estas luces, de las cuales ni mis pesadillas me pueden salvar. 

La vida de un pornógrafo no es mejor que la de un albañil, él llega a casa se quita la ropa y coge por placer, yo no lo puedo hacer con los ladrillos, muros paredes y nada construido. 

¡Espérenos de nuevo en la siguiente gira¡ Un teatro siempre cerca de usted. 

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