Nunca te quedes en la fiesta equivocada.

Cinematografía, el cuarto es la sala de cine de una noche fatigante. Entonces todo vuela, pido piso, y tengo un terremoto, me encuentro una cama voladora, y yo quiero cerrar los ojos, olvidarme de la música, olvidarme de las largas charlas sin sentido, quizás verla detrás de mis ojos, mejor extrañarla agónicamente, que este mareo y las insoportables ganas de regresar el desayuno de mañana.


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