Tu rostro.

Tu foto en medio de la pantalla, ya de por sí ésta es una ilusión y luego tu rostro la empareja en esos colores combinación a treinta y dos bits; apago y voy a la sala.

Tu foto en un cuadro, ya de por sí viejo y manchado, en medio del marco tu sonrisa instantánea, de ese momento que no se volvió a repetir así; agacho el cuadro, subo a la alcoba.

Tú entre sábanas, es una instantánea del susto a tu inmovilidad, de esa forma que no es tu forma, de la manera en que dejas tu rostro pegado a su sin movimiento, no te engaño, no eres más que el conjunto de todos esos recuadros pobres coloreados que te definen en la red.

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