Prólogo.

Recostada con su pecho desnudo a la altura de mis ojos dijo -Sos como un poeta que vive del prólogo.

A qué te refieres -pregunté.

Suspiró y movió su mano hasta mi mejilla- vivís del resumen de algo que siempre amenaza con llegar.
 
Ya llegará, es mejor el suspenso, ¿no? - afirmé intentando poner una sonrisa.

Bajó su mano entre las sábanas y mirandome con un aire de ternura y lástima dijo -Para vos eso es lo peor,  a esa altura, la del prologo, tenes dos alternativas, o abandonás el libro por su triste incio o seguís leyéndolo para luego olvidar el prólogo, y al final ...

Y al final ¿qué?- pregunté medio cabreado.

y al final de ambas quedás en el olvido -susurro al tiempo en que acercaba sus gruesos labios a mi boca.



Comentarios

Entradas populares