El día del fin del mundo.

Les escucho hablar del fin, luego entró a hurtadillas en su habitación y pasó la noche entera en silencio imaginando como sería; el estruendo de los vidrios rotos en la salsa, sus pies andando escaleras abajo con gran velocidad, entonces vio sus ojos abiertos con particular desesperación, no había fuego, no había gritos, soló la puerta que se cerraba tras la partida del hombre de saco marrón, y el olor a colonia que desapareció luego de quince años de pesadillas.

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