Amarse a primera vista.

Con el sudor entre las piernas se mueve agitada, esparce todo su aliento sobre mi rostro, siento las gotas saladas del mar cayendo sobre mis labios, veo sus ojos que cazan a los mios en la estática del movimiento perpetuo, quiero abrazarla mientras grita, quiero tocar su pelo mientras vuela, quiero hacer del encuentro una prisión de rozas, un calabozo de libertad absoluta.

Reventamos en el último suspiro, cae rendida sobre mí, su corazón agitado aún palpita en sincronía con el mio, su respiración cede sobre mi oído desprendiendo el aorama de la costa, la sensación de un clavado en la profundidad desconocida del placer, entonces me mira, y yo dejo mis ojos puestos en sus labios, la pronunciación de aquel conjunto de palabras me despiertan del sueño justo antes de quedar dormido.

Comentarios

Entradas populares