Empatia de Urgencia.

Llegó a la sala con un dolor en el brazo, las caras tristes y adoloridas enmascaraban los cuerpos posados sobre las butacas; su mandíbula empezaba a entumecerse al tiempo en que sus manos transpiraban aceitosas.

¿Este lugar está ocupado?- preguntó a la mujer con el vendaje en la mano. Ella se limitó a mirarlo sin preocupación y guardar silencio.

Doctor necesito pasar- dijo casi gritando. El hombre de la bata lo miro sobre los anteojos, tomó nota en su tablilla e hizo pasar al niño con torniquete en la nariz.

La vista se le nublaba, la respiración le faltaba, sus pies se doblaron con lentitud, la mujer con un gesto de hastío movió apenas las rodillas dejando el espacio libre para la caída.

Ayuda, ayuda -murmuraba con la voz entrecortada, con la mano en el pecho, con las rodillas en el suelo, con el rostro sobre el piso.

Cuando el cuerpo dejo de moverse el hombre de la bata salió con tablilla en mano y preguntó en medio de la sala - ¿Quién sigue?