Elaboraciones especiales.

Huyendo de la ambición insaciable del corazón blanco tropecé con la calidez del corazón carmesí, a la sombra de una espera terminé varado en mi propio reflejo, esperando el corazón insaciable para apagar el incendio, esperando el corazón cálido atendiendo las ulceraciones de un espíritu floreciente entre la nimiedad, hoy lacera la podredumbre con la que el recuerdo permea las palabras hoscas que ya no serán pronunciadas.

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