La no pérdida.


Dice: -el tiempo sana, el tiempo cura.

Qué herida necesita ser curada por mano ajena, qué mal debe ser sanado en la intromisión de un extraño. 
No es acaso la acción el inicio a todo dolor y toda gloria, qué gloria no infiere dolor, qué satisfacción en la magnificencia de una acción no profiere un llanto (aún en el silencio del derrotado).

[Y así mismo]

[¿]No es la competencia, la derrota, el escollo, lo que nos lleva a levantarnos firmes sobre nuestros demonios, no es ese último paso imposible y su ejecución lo que expone al máximo las capacidades humanas [?]

¿Qué ser al tiempo?


Un elemento a medias que busca la victoria, sumergido en la perpetua derrota adelantada.

[o]

Un hombre completo, sin medida, sin competencia, enaltecido allí en su movimiento individual, en su búsqueda universal, en la desolación de su herida eterna, la no competencia, la no victoria, la no pérdida.

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