A tientas, andar el mundo.

Tantos caminos tocaron tus pies, tantos sitios tu voz entrecruzó a la razón de un eco disipado, tantos lugares fueron por tus pasos marcados para luego en noluntad ser borrados; en tantos mares tu cuerpo sumergió su aroma, tantos campos volvieron hormiguesca tu presencia, tantos cielos y tantos infiernos, tantos todos ellos, tantos fueron tus centros, y ahora en cada uno de tantos serán tus suspiros y sus recuerdos, que de tantos "haber sido" queridos se quedaron los recuerdos, queridos nostálgicos todos ellos, tan queridos como sus acentos, como sus inescrutables idiomas y su intrínseca hermosura.

Qué hay de tantas personas, qué hay si no son nuevos y viejos amigos, que hay de todos ellos si no son más que suspiros y recuerdos, nuevos encuentros de viejos reflejos, que hay de tantos caminos andados a tientas, sin sabernos, pero hallándonos. 

Qué hay en el fin del mundo que no sea principio para la memoria.