Breve sobre la ansiedad.


 Dentro de las encías puede sentir sus dientes apretando, tan fuerte los labios la lengua, doblarse por dentro, los ojos mirando de un lugar para otro y la lengua doblada, adentro de la boca, juega con ella, juega a meterla hasta el fondo, donde deja de sentir la asfixia. ¿Pero qué te asfixia?

Hay un pozo, maldito de los deseos, el reloj marca los segundos y lo minutos tan rápido y pasan tan lento.

Hay un pozo tan hondo y tan profundo, el pozo de la asfixia, pero qué te asfixia te preguntaras y me preguntaras, te preguntamos todos, qué es lo que puede atorar tu garganta si tu lengua no llega tan lejos, si tus dientes están apretando los labios tan fuerte que el aire no podría pasar si no fuera por tu nariz que se abre mostrando dos grandes fosas, enormes fosas por las que sólo el aire puede pasar y tus dientes están apretados.

Entonces sientes que te jode el tiempo, te jode la suerte y su minuciosa manecilla y por mucho que eso suene a música no es más que el tintinear de algo que se agota y que corre cómo una fuga de agua, y estas sentado frente a la gotera de agua que e s un reloj redondo con manecillas pequeñas de segundos que fluyen y fluyen, el agua es como el tiempo, lo permiten todo y lo llenan todo, y cada segundo es como una gota de tiempo perdida que no podrás recuperar, y no te das cuenta que afuera llueve.

 Porque tienes los dientes apretados y tus ojos van de un lado para el otro y quieres respirar y sientes la asfixia del agua que no puedes atrapar el deseo de correr y de salir a un amplio jardín, hasta que notas que estas en medio del desierto, en medio de edificios enormes y rodeado de cactus y nopales, que son la gente, los cactus espinosos, a los que no puedes acercarte ni un solo instante porque te pinchas y te pinchas fuerte y miras alrededor ente espejismos que te muestran charcos repletos de inaceptables gotas de agua que has dejado ir.

Y por qué  aprietas los dientes y por qué no puedes respirar si sabes que más allá de todos los pensamientos existen tus ojos que se mueven de un lado al otro como si estuvieras atrapado, como si quisieras escapar, para dónde vas a escapar, ¿A una cámara de aire, a eso quieres escapar y esconderte? ¿Quieres esconderte? ¿A caso piensas que puedes esconderte del flujo del agua, de los ríos de la lluvia, porque ahora cae una tormenta y te sientes asfixia do con los dientes apretados y sabes que también tienes los dientes apretados por el frio, un frio que te escala desde las pantorrillas hasta la frente, el mismo frio que te hace sudar y piensas en correr pero los dientes apretados y el desierto enorme.

¿A dónde correr cuando todo se ve igual?

¿Cómo escapar del desierto que es la ciudad?

Ya no puedes esconderte, sabes que el agua de lluvia está allá afuera y que las plantas crecen ya sin agua, porque el agua está en algún otro lado, has desperdiciado con los dientes apretados los últimos cincuenta y ocho segundos, miras el cincuenta y nueve, miras el cero, que es el desierto, que es la ciudad, que es la red, que es el tiempo, que es la lluvia, que todo pasa, pero no ahora, porque la asfixia persiste.

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