No decir ha!!-Dios sin una mueca alegre.

Espera con quietud, la madrugada lo envuelve desde aquella altura, es la neblina despejada por una intensidad de luces que desde hace tiempo no veía pasar, luego la cosquilla, micro movimientos musculares desde el fondo del estómago que lo invitan a componer una sonrisa, alegría.

La primera luz en el cielo es un esbozo de mueca, las luces consecuentes provocan la risa, todo un desate de energía cuando ve subir en el cielo los fuegos artificiales anunciando un veinte once. Sus ojos rasgados, su riza burlona, alertar al mundo entonces, que todos están equivocados, dice antes de bajar de la colina vuelto loco, sintiendo un poco de pena ajena por aquellos que celebran un número, un día cualquiera, y olvidan la otra celebración.

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