silencio

El desarrollador del escándalo debió de haberse quedado callado justo antes de ver. El creador del ruido mágico seguramente cerro los ojos y apretó las mangas de su saco roto por dejar de comer, roto por no recibir más dinero, y la explosión en sus cabezas, esa maldita explosión desde las encías.

Abre los ojos, ahora que puedes respirar, siente el suelo bajo tus pies. Introduce un puño de tierra en tu boca, saborea una hoja de limón, muerdete la piel con furia y sin engaño, eres tú, seras tú por siempre, claro, sólo si estás dispuesto a aceptarlo.

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