Identidad.


Es la sábana sobre su cabeza, la débil protección -quién irrumpe, quién irrumpe, murmulla.

Es la ventana que azota -es que andas allí, sal de una vez -exige su voz temblorosa.

Cae la pila de libros, los discos también,  la ventana se cierra de golpe, quita la manta de su rostro.

Lo mira de frente, congelado intenta no parpadear, son esos ojos tan familiares, las mismas cejas, labios idénticos, imposible seguirlo negando, imposible que él haya muerto al nacer.

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