Al calor de la calle.



Ven, arrastra ese corazón hasta mí, ponlo aquí al lado, sí allí donde estás mirando. Tráete un cobertor, no importa que los pies nos queden volando, trae la estufa, la alasena, un refrigerador, olvídate del congelador, comeremos arroz frito, pon todo eso bajo ese puente, sí, allí arriba de la banqueta, no vaya a ser que los autos se lo lleven todo y la soledad nos obligue a cruzar hacia ese escalofriante "otro lado".

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