Un engaño demencial: Clase Media

#La refinada clase media que toca el suelo con la punta de la lengua pensando que está saboreando el cielo.


En este país, como en el resto del mundo, hay dos clases (aun en el mundo "socialista"): dominados y dominantes, y a veces ni eso. 

Siempre me apetecido la tesis de que no existe clase dominante, pues al final, la clase dominante siempre está bajo el control del dinero, el poder y los grandes movimientos financieros, pero no. 
Ahora podríamos entrar en la ambigüedad con respecto a quién es dominante y quién es dominado, pero a mi me agrada delimitarlo por miles de millones. 
¿Tienes más de un mil de millones de dólares?
Sí, entonces eres de la clase dominante. No, eres de la clase dominada. 
Pero qué significa esto para la idiota clase media y sus defensores. Pues basta decir que la clase dominante son los que deciden qué mirar, que escuchar, deciden qué pasará en el proyecto de nación, que noticias son relevantes, que noticias nunca vas a escuchar ni ver. La clase dominante juega a dar el espacio democrático, pero mientras ponen un pie en el cuello para no levantarse, para que no salgan de ahí, de su posición de clase dominada. 

¿Pero yo consumo lo que yo quiero? Basta con ir al supermercado, basta con tratar de aplicar la justicia de tu lado. Imagina que un día te encuentras en un crucero con el auto de una de esas personas y chocas, ¿Crees que ellos se bajaran a discutir contigo el pago del seguro? Antes podrías tener una fila de guardaespaldas llamando a una bufet de abogados que podrían encerrarte de por vida. Y lo que se llama espacio democratizado es un espacio de consumo que beneficia a la clase gobernante, basta ver a quien enriquecen las bases de datos y el grueso de los contenidos puestos en las "redes sociales democratizadoras" bastaría ver el control mediático y emocional que provocan en sus usuarios. Si algo tienen los medios democratizados es la falta de democracia y el exceso de dominación y control sobre los usuarios. 

Aún la disidencia y la expresión "antisistema" que es vertida en esas redes está dotada de la fórmula de rebeldía controlada, la revolución controlada. La verdadera disidencia sería vivir hoy sin monitorear o participar en alguna de esas redes. La verdadera rebeldía sería la negación al uso de cualquier tecnología vinculada con internet. ¿Es posible? 

¿Pero dónde está el problema si yo me quiero creer clase media? ¿Qué importa si cada fin de semana tengo dinero suficiente para una buena cena, un departamento de 60m2 que terminaré de pagar a los 60 años si así soy feliz? 

El problema de la esclavitud, la pelea por el derecho a la tierra, el trabajo esclavo con horarios de más de 12 horas diarias -a veces incluidos fines de semana- no ha dejado de existir, han pasado diez años desde que se pelearon en este país el derecho a esos elementos, el derecho a no ser explotado, a ser dueño por derecho natural a un pedazo de tierra de tu propio país, el derecho a no ser explotador y manipulado. Pero no, la virtud de la clase media es sentir que cada día está más cerca de la clase alta, que la roza con la lengua, mientras su rostro aún está en el piso. El problema de la clase media es que puede llegar a china o Paris y sentir que al escalar la torre Eiffel ha alcanzado la cúspide de su clase. Pero no es así, y nunca lo será. Porque la clase media y su significado tiene un peso importante dentro de la sociedad contemporánea. 

La clase media es la resistencia al cambio, la clase media es la representación de todos los individuos  que temen que las cosas empeoren y que no mueven nada por miedo a perder su maltrecha silla en el purgatorio. La clase media es aquella que nunca saldría a hacer la revolución porque teme perder su vida, su auto, su departamento de 60m2, la clase media es a la que se le da la sátira política de forma natural, son los que gustan de disparar críticas de lo que miraron en el teléfono, la clase media es la mierda del país, porque no están arriba pero escupen hacia abajo, porque no cuando se sienten abajo se miran a sí mismo ofendidos, porque cuando la economía tambalea como hoy pierden el sueño, y no pueden rezar, su "esnobismo" no les permite rezar, no pueden salir a reclamar, porque hay normas sociales (#quédateencasa) que no los dejan salir a gritar, y prefieren activar los altavoces de su conciencia, salir al balcón a cantar por lo que ellos llamarían un mundo mejor, mientras los que saben a que clase pertenecen se quedan a pie de banqueta, dando la lucha que dan todos los días, cabeza abajo, los agachados. 

¿Hay una cura para esto? ¿Y qué si a mi me gusta sentirme de una clase que no existe? 

Empezar a llamar las cosas por su nombre, lo demás vendrá de manera natural. 

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