Un engaño demencial: Lo político.

#Lo político: puesta en escena de payasos. 


Dentro de las virtudes necesarias para un político se encuentra la de mentir. Pero mentir no es un comportamiento negativo -ni mucho menos inmoral-, sin culpa y sin mediocridad, al contrario, para un político de carrera exitosa, la mentira habrá servido y servirá como una de sus grandes herramientas. ¿Por qué acusar entonces a los políticos de mentirosos? El arma de la mentira equivale, en todo sentido, a una forma discreta del engaño para mover las piezas del tablero en otro sentido, engañar es también fintar, un clásico movimiento en el deporte y en general en las competencias. 

En el momento en que un político no mienta, aunque sea en eufemismo, perderá de inmediato el control, el poder y la utilidad de su puesto. 

Aquí cabe la pregunta ¿De qué sirve la política al Estado? ¿Hay estados donde no se mienta? ¿Cómo decirle a los millones de habitantes que viene una crisis, que los culpables andan allá en la calle, peor que no sólo son culpables, sino que deben de seguir conservando su poder y su dinero? 
¿Qué dice un político de un estado capitalista? A caso no rescata a la economía con el dinero de todos, con el dinero de gente que nunca, o quizás nunca se verá beneficiada de esa ayuda y aún así, parecería que el argumento certero y confiable es la mentira de asegurar que el rescate de unos equivale al bien de todos.

¿Por qué la Democracia es el mejor de los sistemas posibles? Quien no comparta los ideales y la situación de la clase más numerosa o quien no acepte de las mentiras la que menos le agrade, tendrá que joderse y no sólo los seis años de gobierno de una ideología o proyecto de nación, tendrá que joderse por el resto de su vida, si su vida no se adapta a la normalidad inscrita para esa época. 
Hoy 2020, en este país, la normalidad se torna como la corrección política de los últimos 25 años. 

Regresando al punto, la idea de que la política y sus detentores creen un proyecto contradictorio y lleno de mentiras, sutiles y obvias; así como la caricatura de los oponentes con un proyecto de nación no presentado hasta el día de hoy, no es más que una puesta en escena de mentiras y su desvelo. Si bien, no es tan simple el deducir quién es el titiritero que está detrás de los movimientos y los intereses "desinteresados" del proyecto actual de nación, si que se puede ver el circo inventado y los jugadores de ambos lados. Porque el circo también incluye a aquellos que a regañadientes tienen columnas de opinión a favor y en contra. Me atrevería asegurar que los organismos mas participativos y que mejor juegan su papel son aquellos que lanzan críticas día tras día, los que tratan de desmentir que sea un teatro, los que anuncian que nos encontramos ante una simulación de poderes y los mejores en grado de participación -los que más aportan a este circo político 2018-2024, son aquellos que juegan en la línea de la sátira política (que también son los más numerosos). ¿Es necesario que diga los nombres? 

Pues bien, si el político miente por naturaleza y necesidad, si atina proyectos de nación guiado por un acto comercial propio del estado, del crecimiento del estado y su sistema capitalista, los actores principales de estos proyectos son los grandes comercios ¿Es necesario que diga los nombres? Imaginen la fortuna de ganar un proyecto multimillonario, recibir dinero y crear profit, luego de ver que negocio no es rentable recibir una cancelación, la bendición política y luego un nuevo proyecto. ¿Pero eso es inmoral? Si todos, desde nuestra trinchera hacemos algo similar todos los días ¿Entonces nos tiramos al hoyo como en la película? La absurda y reduccionista, pues no, ojalá la solución fuera tan simple. (aunque tampoco es tan compleja). 

El problema es y será no aceptar el golpe de la realidad, el problema es pensar que criticar como un circo lo que por naturaleza es un circo no sirve de nada, que ser sarcástico y satírico contra un circo que en sí es alimentado por la sátira y el sarcasmo no hace más que retroalimentarlo y darle fuerza. 

Todos aquellas columnas, programas televisivos, de radio, de no-radio, los periódicos y libros que tratan de hacer u n contrapeso a lo que por naturaleza necesita un contrapeso están regalando su esfuerzo, y no solo eso, están dotando a todo un grupo de posibles enemigos del opio que sublima su capacidad de estallar y cambiar la realidad, ese es un juego bastante estúpido y mediocre. ¿Qué dificultad hay en criticar lo que todos critican? ¿Qué habilidad hay en hacer sátira de un tipo que todas las mañanas se para a decir un cúmulo de palabras e ideas que pueden ser satirizadas en la repetición de su mismo acto? 

Hoy puedo jurar que la oposición y la porra, que la sátira, los críticos más adiestrados y visitados de la web, las tendencias ofensivas y descalificaras, las tendencias confirmando lo mesiánico de un político, los dos son el público enardecido y satisfecho (en su mediocre cama de barro) de un circo que ha sido preparado para todos. 
¿Hay quien se salve? Siempre lo habrá, siempre hay críticos que ven más allá de los gritos y la porra imbécil, pero claro, esos no están a la vista de todos, porque esa opinión inteligente cuesta más escuchar, asimilar y pensar. Siempre será más fácil rebuznar. 
Si algo se ha de salvar del circo será el dinero de la entrada. Me quedo fuera y a echarle coco, ya habrá mejor forma de perder el tiempo. 


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