Permuta para un nuevo año.

Primero fue la idea de criticarle, destruir y ensuciar su imagen, pero el dentista -antes de la anestesia y después del buenos días- mencionó que la inversión sería infructífera.

Lo segundo -luego del apaciguamiento traído por el analgésico y  anterior a la hora de la comida -fue lo que la tía Berta aclaró -en la vida el enemigo tiene el papel más importante.

Lo último -bajo el claro oscuro de la ambigüedad y a sabiendas de la relevancia que cobraba su presencia -fue la razón, si hay un motivo de crecer, éste será vencer a mi enemigo; con la sangre embravecida corrí hasta el puente Esmeralda, la media noche acontecía, encolerizado grité su nombre tantas veces pude, cuando me hallé en silenció y agotado fue que el eco me devolvió la palabra, jamás había escuchado mi propio nombre pronunciado con tanta energía.


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