Antes y después.

[Antes]

(él) Solía perder el sueño, solía tener hambre, sentir que el tiempo y la vida escapaban de entre las manos, (él) sentía un profundo vacío, una suerte de falta moral, de aquello que (le) quita el aliento.

[Ahora]

Él suele perder el sueño entre fechas finales y trabajos urgentes, suele pasar tardes sin comer pegado al escritorio o corriendo de un lado a otro de la ciudad, siente que su tiempo y su vida se deslizan por las manos de otro que ha dejado de ser él, una suerte de vacío existencial, de zozobra moral, de esos que roban el aliento.

[Después]

(él) Se dice que la vida será mejor, el futuro siempre ilumina, (él) se cree que todo beneficio viene después del sufrimiento, que las cosas son y tienen que ser así, doler de a poco, trabajar de a mucho, (él) se piensa todo es necesario por sentirse suficiente, por saberse especial, aunque sea frente a ese espejo empañado por la madruga, a esa almohada ensalivada, a ese camino terroso y atestado al que (él) se jura le saldrá el mañana glorioso.

(...y creerá que el trabajo dignifica)