Cuando vaya la navidad.


Cuando lo cotidiano se impone como esa fría estabilidad,
entonces los días cuentan en descenso el valor
cada momento es eterno y cada día (en suma) es efímero,
cada mañana padece de un peso insoportable
pies de plomo a una mente de pluma,
-se divaga de aquí para allá un mejor lugar-,
un instante que venga a hacer todo esto único,
la salvación, la navidad (neo-natividad),
las promesas por cumplir el siguiente año,
la idea de que el paso de un número 31 al primero
trae consigo mayor significado
que el que traería el paso de cualquier otro
un veinte a veintiuno de mayo
mejor luz la de la primavera.  

No nos engañemos: cada día es un año nuevo y
cada día significa "uno más".

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