De adas(2)

Ella estaba tendida en la cama con el encanto de siempre, la besó y nada paso, la acarició y ella no se movió, la desvistió y la hizo suya, pero ella ni una seña de vida mostró, el principe desconcertado y con todo el dolor de su corazón lo aceptó, no era él su principe azul.

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