Desunión.



No se dejaban de mirar, la cama se acortaba, ella no le dejaba de ver sus manos, él por otro lado no le dejaba de mirar sus pechos, ella se levantaba y todavía sin vestirse esperaba a un lado de la puerta, el por su parte recogía el pantalón y sacaba la cartera, él extendía dos billetes grandes, ella le daba un beso en la mejilla, entonces abría la puerta y sin ropa salía de la habitación, no se decían adiós, conocían bien sus papeles, nunca necesitaron hablar para arreglar otra reunión.

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