El sonámbulo de Coyoacán.



La noche era un laberinto, perdido caminó las calles del centro de Coyoacán, dos de la mañana mostraba el reloj, sus paso retumbaban entre el silencio y el murmullo musical, no supo en que momento llegó a casa, no supo cuando se quitó la ropa y se recostó dentro de la alcoba, pero en todo ello hubo algo que jamás ha podido olvidar, el olor de esa mujer justo al terminar. No la volvió a ver jamás, pues de su rostro recordaba un extraño lunar, ahora deambula las calles medio dormido y medio ebrio esperando entre sueños de sonámbulo volverla a encontrar.

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