La otra dimensión del lenguaje.


 Si el lenguaje describe el mundo interior y el mundo exterior, entonces: ¿Es posible describirlo todo mediante el lenguaje?

Así como un pintor utiliza los colores, luces y sombras, utiliza los efectos de la vista para la representación de una idea, sueño o recuerdo; el fotógrafo utiliza los distintos ángulos, tiempos y perspectivas de un lente; el músico utiliza la gama de notas e instrumentos: las herramientas del arte en general, toman una realidad, y la modifican, la embellecen y nutren: la magnifican.

Pero el lenguaje, la gramática y la semiótica, forman parte de una realidad presente, que además está en una reproducción constante; inalterable e inmodificable. Esta realidad no sirve solo para explicar una realidad en sucesión, sino que, también expresa todo recuerdo y todo pensamiento, es capaz de crear mundos en composición y descomposición -interiores y exteriores; existentes e inexistentes-.

Así pues el criterio con el cual es juzgado el lenguaje podría ser el del arte; pero también es matemática y física, es naturaleza de un mundo siempre cambiante, y que por su forma natura termina siendo inexplicable e incontrolable, de cierta forma, nunca completo: siempre cambiante.

A veces me da por pensar que el lenguaje es la razón de esta humanidad; más allá de ser resultado de la razón y la sociedad, nosotros somos una creación del lenguaje.

No es coincidencias que en el génesis Dios utilizara la palabra para crear el mundo.

Comentarios

Entradas populares