Linea de fuejo

EL juego era simple, dar el mejor esfuerzo hasta obtener un resultado, ganar o perder.

El juego se complica, las gotas de sudor alcanzan el rostro también lo hace una leve ansiedad que nace desde las piernas hasta el cerebro.

El juego se reduce a simples decisiones, una mala lleva a ganar y perder, la buena a triunfar y ser derrotado al mismo tiempo.

El juego se termina, él baja del metro con una bolsa de vidrios,  él sale sonriendo y su mujer queda llorando en el asiento de discapacitados, otro hombre cae de rodillas en su casa, mientras su hermana de un sólo ojo regresa de nuevo sin dinero, el odio se apoderó de todo esto, y siempre habrá un rico de estomago lleno que se siente tan derrotado como ese infante al atardecer en la linea de fuego llamada semáforo.

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