Nómadas de pensamiento.

Sigo con pies descalzos, oh señor clamaré por ti cuando vea tu camino, cuando en mis pasos sienta tu calor.

El frío no para, oh señor conforta el alma, dale calor al pensamiento, conserva helado el cuerpo pero cálida el alma.

Mi boca calla, oh señor si eres tú mi silencio yo seré tu voz, si eres tú mi aliento yo seré tu respiración.

Mi cuerpo tiembla, oh señor tu presencia me agita, me hace vibrar, es mi corazón que late a tu proximidad.

Son mis manos las que se elevan, oh señor si es para alcanzarte, tocar en ti mi salvación.

El suelo arde, y es mi calor señor, el ardor de mi carne.

Y la risa resuena, oh señor no es que no crea en ti, es que soy yo tu creador, y es ahora que regresas hasta mí, vuelto espuma, vuelto anhelo, vuelto plegaria, vuelto yo y nada más que yo.

El camino se completa, y soy yo mi señor, mi mente un templo, mi cuerpo la unión en mi sustento.

Oh señor si no fueras el temor hecho un ente, si no fueras la real calamidad, si no fueras todo mi arrepentimiento, si no fueras más que un cuento, oh mi señor, te haría libre como yo lo soy.


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