Pesimismo

El cinismo debiera ser la prístina de cualquier acción.

El ímpetu nacido en la pureza determinista del destino (propio) debiera ser la razón primigenia a cada movimiento.

Entonces el libre albedrío al igual que la voluntad no se verían sofocadas por ese hueco explicativo, no serían teorizadas más (no habría necesidad ya).

Y la moral, matemática dialectizada del comportamiento pensado (del ser posibilitado de decisión), podría verter su significado en una nueva especie, no la superior o la inferior, solo una distinta.

Calamidad, bucle invencible, traidor (pensamiento synecdoche) que te escondes bajo el escollo de un ser orgulloso al que no le bastó con crear vida y ahora juega a explicarla.


Comentarios

Entradas populares